viernes, 28 de marzo de 2014

El Amor por Números

Anteayer he acabado la saga El Amor por Números.
Sé que Magik ya ha reseñado la y la parte y que seguramente reseñará la 3º, así que nada, leedlas y tal.
Pero, y esta es la parte por la que escribo la entrada, yo no estoy de acuerdo con su reseña de Diez lecciones para dar caza a un Lord... Y que te adore.
A ver, tiene razón en muchas cosas, pero, simplemente, yo lo he leído de otra manera.
Así que, ahí vamos.

(Obviamente, con SPOILERS)

Después de leer Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja, yo estaba eufórica. Hacía mucho que no leía novelas románticas y esta en particular era genial. Gabriel era guapo, inteligente y no necesitaba un kilt o ser un neandertal para cumplir con su rol de protagonista masculino decididamente empotrable. Y Calpurnia... Que decir de Calpurnia. Yo me sentí muy identificada con Callie, siendo ella inteligente, soñando con maromos que sólo existen en los libros, algo regordeta y con poco de supermodelo buenorra. Se agredecen mujeres reales, gracias. Vamos, que Callie es genialosa, igual que Gabriel, el libro está muy bien escrito y la historia es maravillosa. Y, acto seguido, me leí el prólogo de la 2º. Lo dejé ahí. No porque no me gustase, sino porque en mi EBook no se leía una mierda y yo estaba en un autobús de camino a Lugo. A la vuelta me puse con él, bajo miradas incrédulas que afirmaban que me iba a quedar ciega leyendo una letra tan pequeña. Pero bueno, alguna ventaja debía tener haber tenido una letra enana de niña, ¿no? Parece ser que sí.
En todo caso, el libro me gustó mucho. Quizá no es el mejor de la saga... Oh, que diablos, es el peor con diferencia, pero es que el listón estaba muy alto.
También admito que yo no pongo un listón en la novela romántica -vamos, que a menos que sea muy patética, a mí me va a gustar-, pero no la percibí como una mala novela.
Vale, sí, tiene defectos. Bastantes. Los enumero a continuación:
  1. Nos venden que son una pareja llena de traumas y tal, pero se enrollan en menos de una semana.
  2. Callie no tiene ni cinco frases. ¿¡CÓMO SE HAN ATREVIDO!?
  3. En concordancia con lo último, los personajes de siempre han aparecido poco o nada y los secundarios han tenido poco protagonismo.
  4. Me habría gustado que ahondasen un poco más en la historia de Rock y Lara, en vez de ponernos seis frases para que los protas se explayasen sobre sí mismos.
  5. No hay una gran evolución en la pareja.
  6. Hay una revista llamada Perlas y Pellizas. ¿¡Por qué, señor, por qué!?

Pero por otra banda, ha habido muchas críticas a Isabel, que yo, personalmente, no comparto. Se le acusa de ser una niñata victimista y egocéntrica, dependiente de Minerva House. Pues un poco. Pero yo creo que eso se debe a que no se ha entendido lo que quería hacer Sarah McLean. Isabel depende completamente de Minerva House porque cree que es lo único con valor que ha hecho en su vida y es lo que le da fuerza para seguir adelante. Es más, lo pone claramente en el libro. En mi opinión, lo que la autora pretendía era ir desvirtuando progresivamente a Isabel, que veamos que, detrás de un estereotipo tan obvio como el de mujer adelantada a su tiempo que no necesita ni quiere a los hombres, hay mucho más. Y sí, Isabel se ponía muy a la defensiva con Nick, pero no podemos culparla por ello. Era un hombre aclamado por todas las mujeres de Londres que llegaba a su casa y ponía en peligro lo que más quería en la vida, aparte de a su hermano. Sí, Nick nunca haría nada que perjudicase a nadie simplemente por maldad, pero ella no podía saber eso. Teniendo en cuenta que creció y vivió rodeada de hijoputismo masculino, que no se fíe de los hombres me parece bastante comprensible. Su padre la apostaba. Nick al principio se escandalizaba mucho con todo lo que hacía. No me parece tan odiosa.
No sé, a mí Isabel no me desagradó y quizá por eso disfrute la novela. Por eso y por Nick. Y por las estatuas griegas. Y por Gabriel firmando autógrafos como si fuese su gemelo mientras se echaba flores, mencionando que su hermano buscaba esposa para fastidiarle. Y por Rock, que también era majo.
A un lado de eso, la narrativa de Sarah McLean es algo que envidio mucho, sobretodo su capacidad para los pasajes en los que debe dar información sobre la época o algo por el estilo, porque sabe llevarlos con naturalidad y sin hacerlos pesados. No todos sabemos hacer eso.

Ahora, hay varias cosas que me han llamado la atención, pero es que en toda la saga:
  1. Excepto la condesa viuda -madre de Callie- todos las madres y tres de cada seis padres son la fuente del mal. En serio. Monstruos que salen de debajo de la cama.
  2. Lo de monte de venus me dejó a cuadros. Y en Forastera han llamado igual a una parte de la mano. ¿Quiere eso decir que he leído mal y que no se trataba de la zona inguinal, sino que estaban haciendo manitas?
  3. Todas las protagonistas femeninas tienen que llevar pantalones llegados a un punto. TODAS. Las mujeres con pantalones son eróticas. ¡He tenido suerte de que a mí, que siempre los llevo, no me hayan raptado al verme con ellos por la calle!
  4. Las portadas son muy bonitas, pero es que no se parecen a las protagonistas una mierda.
  5. No me parece justo que hayamos tenido que esperar al último libro para que Gabriel y Callie tuviesen un hijo. Por la misma regla de tres, no me ha gustado tampoco que no sepamos si el niño de Juliana y Simon es niño o niña, ni tengamos un nombre.
  6. Todos los protagonistas, llegados a un punto, propondrán matrimonio a la protagonista, que debe negarse por algún motivo, aunque no tenga sentido hacerlo -sí, te miro a ti, Juliana, que tu último rechazo estaba injustificado totalmente-.
  7. Es normal y está bien que haya personajes principales femeninos que no sean la reencarnación de Afrodita, pero todos los hombres deben ser adecuadamente empotrables a menos que sean mala gente.
  8. Acusaron a Juliana de ser española, como si fuésemos la fuente del mal, y ella preguntó que tendría de malo ser española. ¡Ole, Juliana! ¡Ole tú!
  9. Ya lo he mencionado, pero, ¿Perlas y Pellizas? ¿En serio?
  10. ¿Dónde coño está el spin off en el que Benedick encuentra el amor? ¡Lo exijo!

Y esta, ha sido mi disertación/reseña/comentario/enumeraciones-varias acerca de El amor por Números, que es muy grande y debéis leer.

PD: Forastera me ha enganchado. Son muchos libros muy gordos. Y por eso es por lo que ya no leo tanto, quedarse hasta la una leyendo es malo, niños.

2 comentarios:

  1. We agree we disagree, que dirían los yankis. Vamos, que acordamos que no nos ponemos de acuerdo porque yo sí culpo a Isabel de su comportamiento. A ver, al principio me parece lógico y normal que no se fíe de Nick, pero tras todo lo que él hace por ella, tras el polvo y tal, su comportamiento es para mandarla a tomar por saco. Jolín, qué pesada. Es que le falta echarle agua bendita a Nick y decir eso de "vade retro, Satanas", cuando él nunca, jamás, en toda la novela le hace nada.

    Además, es la única novela donde apenas sale nadie más, mientras que en Nueve reglas y Once escándalos el resto de personajes sí que aparecen.

    Y, por cierto, soy súper fan de Simon enajenado clamando su amor, xDD.

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    1. También hay que comprender a la muchacha, conoce a Nick de hace dos días, no me extraña que desconfiase. Yo sus actitudes tras el polvo las atribuyo a una razón muy simple: miedo. El amor da muuuuuucho miedo e Isabel estaba muy traumatizada al respecto, por lo que trataba de convertirle en un monstruo como forma de autoprotección. Si era como los demás, ella no podría quererle.

      Como ya he dicho, esa es la gran putada del libro: faltan los otros personajes.

      Simon enajenado clamando por su amor fue un ataque fangirlístico en toda regla, porque en serio, leerle de ese modo tras tantas páginas del duque del desdén, que también es digno de adorar, fue MATADOR.

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