martes, 8 de julio de 2014

True Blood: entre la grandeza y el fiasco

Internautas: True Blood ha vuelto.
Que, imagino, ya lo sabríais, dado que llevamos unos tres capítulos de temporada. Y yo, como vuestra fiel aprendiza, escribo esto para daros mi opinión de estos tres capítulos y de las temporadas anteriores. Sí, es una entrada que llevo bastante tiempo retrasando escribir.

(SPOILERS True Blood; Hasta el capítulo 7x03)

True Blood es una serie de la HBO, como Game of Thrones, que ha ganado bastante fuerza en la cadena. Se basa en una saga de libros llamada The Southern Vampire Mysteries, escrita por Charlaine Harris, que han ido ignoran progresivamente hasta que coinciden solo en el nombre de algunos personajes.
Mientras que la primera temporada discurre de forma bastante simular al libro, en la segunda empezaron a tomarse algunas licencias, en la tercera coincidían en el trasfondo de la trama, en la cuarta conservaron un par de cosas y le metieron imaginación, y al llegar a la quinta ya tiraron los libros a la basura e hicieron lo que les dio la gana.


Algunos se quejarán de que es una mala adaptación y que por eso ha ido degenerando a lo bestia. Quizá porque no me leí la traducción oficial no estoy de acuerdo con esto, ya que los libros me parecieron un horror. Sookie era menos asesinable, pero el resto de personajes... Eran aburridos que no veas y en la serie molaban más.
En todo caso, ni las tramas ni los personajes tienen ya nada que ver.
La primera temporada no estuvo mal, en la segunda metieron bastante crack y la tercera y la cuarta fueron los mejores. La pregunta obvia es que las hizo mejores. ¿Fue seguir el libro en líneas generales? ¿Fue distanciarse bastante de él? ¿Dónde estaba el término medio?
La tercera debe más de la mitad de su grandeza a dos cosas: Russell Edgington y el pasado de Erik. Aunque, si bien el pasado vikingo y sus planes de venganza fueron maravillosos, Russell tiene la mayor parte del mérito. En el libro era un vampiro gay. Punto. En la serie era un ser mezquino y manipulador que convivía con su esposo Talboot --que en el libro era uno de sus putos, por cierto, ya que su casa era una sucursal de la mansión PlayBoy en gay--, teniendo un montón de trifulcas doméstica ya que éste era un Drama Queen de la leche, y que siempre consigue lo que quiere. Cuando Erik mata a su pareja para robar la corona de su padre --porque sí, plebe, el padre de Erik era el rey de los vikingos--, el chaval se china que no veas y se carga los intentos de integración vampíricos: le arranca parte de la columna a un presentador de la televisión en antena y da un discurso sobre como los vampiros quieren beberse a sus hijos. Flipas un poquito. Como molaba ese hombre... La cuarta, aunque se hace un poquito pesada con el tema de las brujas, mola porque tiene a Erik. Que vale, estaba desmemoriado, algo perdido y menos molón, pero era Erik. Y se emborracha bebiéndose a un hada que es Irene Atler en Sherlock, por lo cual soy fan suya.

Erik poco antes de matar a Talboot --sí, le engañó fingiendo que iban a jugar a los médicos, ¿no es el vampiro más guay del mundo?-- y recuperar la corona de su padre.

La quinta... Bueno, la quinta tiene varios momentazos, pero ya no está tan bien. Y muestra cual es la mayor lacra de la serie: Sookie. Que sí, que es la protagonista, pero da asco. En un principio la shippeé con Erik, pero he cambiado de opinión. Les shippeaba en plan "Erik la quiere, así que..." no porque me gustase Sookie. Sookie es el ser más Mary Suesco que existe y existirá nunca. A algunos la temporada no les gusta porque tiene contenido religioso, dado que toda la trama de la Autoridad orbita alrededor de la figura de Lilith, la primera vampiresa, y quien será su elegido: para mí, es la parte más interesante de la serie. El resto de las tramas son aburridas que no veas, ¿vale?

Erik cuando le cortan el pinchito con Nora, su hermana.

La sexta llegó a un nuevo nivel de estupidez. Lo único interesante era Erik tratando de salvar a los vampiros de los campos de concentración semi-nazis. Oh, bueno, reconozco que algunas partes de Billith no estaban mal, pero eran las menos. Sookie... Sookie estaba ocupada relacionándose con Warlock, su tío abuelo en no sé qué grado que había sido convertido por Lilith al inicio de los tiempos, cambiando a un hada-vampiro, y que llevaba esperando por conocerla desde entonces para convertirla también y que pudiesen ser hada-vampiros de la realeza de las hadas juntos hasta el fin de los tiempos. Guau. Que oración más larga... 

Warlock siendo Warlock.

No nos olvidemos de las tramas absurdas resultado de convertir a Lafayette en médium, de la trama aparte de Sam, que tenía poco que ver con la serie y era prescindible de medio a medio, de los licántropos canis raros de Alcide ni del fantasma de fuego irakí que perseguía a Terry. Yo las de los dos últimos me las saltaba directamente.

Y la verdadera pregunta: ¿Cómo va esta séptima temporada?
Se están cargando a todo lo que se mueve. Lo apruebo. Casi todos los personajes de la serie me importan una mierda pinchada en un palo, así que me alegro de que nos libren de su presencia. Siento la ausencia de Steve Newlin y de Russell, pero que le vamos a hacer. También hecho de menos a Godric y Nora, igual que Erik, y tengo que aguantarme. El resto de personajes van cayendo uno tras otro. Por ahora se han cargado a Maxine Fortenberry, a Alcide, a Tara y a un montón de vampiros random que están enfermos de V. Se nota que es la última temporada, porque no están dejando títere con cabeza y han perdido el miedo a cagarla. En realidad, creo que eso les favorece. En parte. Porque, seamos sinceros, han convertido True Blood en una especie rara de Walking Dead vampírico. Y han contagiado a Erik --¡a Erik!-- con V. ¡Oh, señor, ¿por qué?! Por suerte, Pam ha conseguido levantarle y hacerle luchar, ya que Jason perdonó la vida de Sarah Newlin la temporada pasada y eso no se puede consentir. Como le maten, serán perseguidos por fangirls y fanboys hasta los confines de la tierra.


¿Qué si espero alguna otra cosa de esta temporada más allá de escenas de Erik? Sueños candentes por el V --si son Jason & Erik mejor, porque me hacen mucha gracia--, algo de conflicto político --que parece que vamos a tener por parte de la empresa que fabricaba la True Blood-- y, sobretodo, que líen a Lafayette con el Hippy!Vampiro, a ver si vuelve a ser el increíble personaje que era. Que Jessica es mona, pero no interesa tanto, leñe.



¿Qué? ¿Qué en casi todas las imágenes sale Erik sin camiseta? No sé que queréis decir.
¡Un placer, maestros del frikismo! ::brinda a su salud con una True Blood::

PD: Russell Edgington dando miedo cual hombre del saco aquí.

2 comentarios:

  1. Hola!
    Primero vamos de decir una obviedad: Las adaptaciones... son eso, adaptaciones. Nunca va a ser fiel a la historia original. El tema de los vampiros, siempre es cuestionado. En en el caso de True blood, lo es aun mas. Yo comencé a verla, porque me la vendían como una serie sobrenatural para adultos. La empecé a ver, a partir de la tercera temporada. Seguí con la cuarta temporada. Ambas me gustaron. Al principio, me gustaba Bill. Pero su personaje se fue desfigurando. Como una romántica empedernida, me molestaba ese coqueteo que tenia Sookie con Erik. Y me di cuenta, que no soportaba a Sookie. Porque después, tuvo un flechazo por Erik. Yo siempre pienso que para entender a los personajes, tenes que ponerte en el lugar de ellos. Para entender sus acciones, “¿Si estuviera en su lugar, haría lo mismo?”. Pero con Sookie, era “Le pasa de todo y todos quieren estar con ella, no puede ser”. Porque también me gustaba Alcides. No soportaba a Jason, el hermano de Sookie, excepto en ciertas situaciones. Las cosas más increíbles, pasaban por TB. La quinta, sólo me enganche en algunos episodios. También, me paso en la sexta. En resumidas cuentas, para mí (claro esta jajaja) True blood, te vende que podes ver una serie sobrenatural con contenido adulto y termina cayendo en los típicos clichés. La serie no es mala, pero tampoco la gran cosa.

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    1. Lo cierto es que no puedo cuestionar mucho su calidad como adaptación, porque no pasé del cuarto libro. Todas las referencias que hice, bueno, eran anecdóticas =P

      A mí me la recomendó una amiga y, cuando le dije que me etsaba gustando bastante, resumió la serie con una pregunta: "¿Ha salido ya Erik?"
      Bill sólo mola cuando está lejos de Sookie, que es lo más Mary Sue del mundo. Vamos: una camarera de Lousiana que en realidad no es una paleta y lee clásicos porque es autodidacta, super guapísima pero aún virgen, tiene un superpoder psíquico por el que todo el mundo es malo con ella, después descubrimos que es la princesa de las hadas y todos los bichos-raros-con-forma-antropomórfica-masculina del mundo se enamoran de ella.

      Como dices, la serie no es mala, pero tampoco es exactamente buena. Yo veo las escenas en las que no está Erik como poco más que cortes publicitarios.

      Gracias por comentar =D

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